Los 3 movimientos que transformaron mi cuerpo y mi energía
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Los 3 movimientos que transformaron mi cuerpo y mi energía
Durante años entrenaba buscando resultados: marcar, aumentar, quemar.
Hasta que entendí algo que lo cambió todo: no se trata solo de fuerza física, sino de energía.
Y desde entonces me muevo distinto.
Más presente. Más libre. Más conectada conmigo.
1. Mover lento, respirar profundo
Antes creía que entrenar era ir a mil. Ahora escucho mi cuerpo.
Cuando bajo la velocidad, siento mi respiración, mi ritmo, mi energía real.
Los movimientos conscientes activan fibras profundas…
pero sobre todo te devuelven al presente.
Siempre dejo un par de sesiones de Power Yoga en mi semana.
Me centran. Me vacían. Me recargan.
2. Peso justo, fuerza real
Sigo entrenando con pesas y sigo haciendo alta intensidad —porque la fuerza importa.
Importa para la postura, para la salud articular, para el metabolismo,
y sobre todo para recordarte de lo que eres capaz.
Pero ahora lo hago desde otro lugar.
No desde la prisa por levantar más, sino desde el respeto a mi propio ritmo.
Aprendí que puedes entrenar duro sin desconectarte.
Que la intensidad también puede ser consciente.
Que las pesas no solo construyen músculo… construyen mente.
Y elegir el peso adecuado —ni más, ni menos— se convirtió en un acto de equilibrio.
La fuerza que me reta, pero no me rompe.
3. Fluir sin perfección
Este fue el movimiento más transformador: soltar el control.
Dejar de perseguir un ideal y moverme según mi energía del día.
A veces corro.
A veces estiro.
A veces solo respiro.
La constancia no siempre es disciplina:
a veces es compasión.
Cuando el cuerpo se siente libre, la energía también.